La comunidad del anillo

Era el sueño de toda una vida de un chico de Sant Boi, pero también era el sueño de décadas de historia del baloncesto español. Pau Gasol puso la guinda a su brillante carrera al convertirse en el primer español que se proclama campeón de la NBA. Lo hizo de la mano de un Kobe Bryant que guió a Los Ángeles Lakers a su primer anillo tras la era de Shaquille O’Neal y bajo la dirección de un Phil Jackson que logró su décimo campeonato como entrenador.


No realizaron el mejor juego posible, pero la experiencia y las ganas fueron suficientes para doblegar a unos Orlando Magic poco acostumbrados a pelear por cosas importantes. Fue una final en la que el gran esfuerzo defensivo de los angelinos evidenció su mayor hambre de victoria. Y eso fue precisamente lo que les dio el título. Pau Gasol y Andrew Bynum supieron anular a Dwight Howard, Trevor Ariza controló a Hedo Turkoglu y todo ello repercutió en el juego de unos Magic que nunca se sintieron cómodos. Todos los Lakers aportaron su granito de arena y jugadores como Lamar Odom, Dereck Fisher y el propio Ariza resultaron claves para el triunfo.

Pero todos los analistas coinciden en señalar que ese título nunca habría llegado sin la presencia de Pau Gasol. El español llegó desde Memphis hace algo más de un año en uno de los traspasos más criticados de la historia. Y quienes atacaban a los Grizzlies por la locura que acababan de cometer iban a obtener su reconocimiento a la temporada siguiente, cuando el anillo por fin regresó a Los Ángeles. Pau, aunque estuvo algo tímido en ataque durante la final, ha sido una pieza clave en el proyecto angelino durante toda la temporada. La sociedad que ha formado con Bryant se ha convertido en un arma peligrosísima y pocos equipos pueden pararles cuando buscan los bloqueos y los pases interiores. Su intimidación en la zona, su capacidad para anotar y sus buenas asistencias han sido fundamentales para el éxito de los Lakers. No en vano, ha promediado 19 puntos y 9,6 rebotes en 37 minutos de juego por partido.

Con este título, el mayor de los Gasol culminó una carrera que ha estado plagada de éxitos. Con el Barcelona, ganó dos ligas y una Copa del Rey antes de irse a la NBA. Además, había sido campeón del mundo júnior en Lisboa. En el draft de la NBA logró la mejor posición que nunca ha conseguido un español: fue seleccionado en tercer lugar por los Memphis Grizzlies. En la ciudad de Tennessee fue seleccionado como novato del año, llevó a su equipo a los playoffs tres años seguidos y fue nombrado para jugar el All Star. Con la selección, ganó dos platas europeas, el Mundial de Japón y la plata olímpica en Pekín. Y con los Lakers ha logrado por fin el título que tanto ansiaba, tras perder la final del año pasado con los Celtics. Su deseo, ahora, es lograr el oro europeo.

Kobe y Jackson también hacen historia

Kobe Bryant lideró a los Lakers a la conquista del anillo con sus 30 puntos y 5,5 asistencias por partido en los playoffs. Pero más allá de las estadísticas el triunfo de Kobe fue el éxito de la perseverancia y la voluntad de querer demostrar al mundo que puede ganar un anillo sin la compañía de Shaquille O’Neal. Tuvo que esperar siete años, pero finalmente lo consiguió. Aunque para ello tuvo que sustituir al grandullón de los Suns por Pau Gasol. Al final, logró su ansiado cuarto anillo de campeón y además fue nombrado Jugador Más Valorado (MVP) de las finales.

El otro factor clave para el éxito de los Lakers fue Phil Jackson, su entrenador. El técnico ha batido todos los récords de los banquillos al conquistar su décimo título como entrenador y superar a Red Auerbach, que tenía el anterior récord, con nueve anillos. Jackson, que guió a Michael Jordan en la conquista de sus seis títulos, logró su cuarto con Los Ángeles Lakers y el duodécimo de su vida si se cuentan los dos que logró como jugador. Tras convertirse ya en toda una leyenda, puede haberle llegado el momento de la retirada por problemas de salud. Se puede ir tranquilo, pues deja a su equipo en lo más alto.

Vía LaSemana.es